La porción endocrina del páncreas lo conforman acúmulos de células conocidas como ISLOTES (islotes de Langerhans). La células beta de estos islotes elaboran la insulina y constituyen el 75% de los mismos. Esta hormona (insulina) se secreta en respuesta a una elevación en la concentración de azúcar en la sangre (por ejemplo después de una comida). Disminuye su concentración cuando los niveles de glucosa sanguínea han descendido hasta alcanzar sus valores normales ya sea por el paso de la glucosa sanguínea excedente a las células o, debido a la conversión en su polisacárido de reserva correspondiente, el glucógeno.
La principal función de la insulina es la de actuar como mediador o facilitador del ingreso de glucosa desde los vasos sanguíneos hacia el interior de las células donde sirve como combustible para obtener energía química con al que llevan a acabo sus funciones específicas. Mediante el ingreso de glucosa a las células y/o su conversión en glucógeno, se mantiene constante la concentración de la glucosa sanguínea (90 – 110 mg / 100 ml).
Los carbohidratos alimenticios fuente exógena de glucosa
Cuando por diversas causas (fisiológicas, metabólicas o genéticas) la glucosa sanguínea no ingresa a las células, cada vez que la persona ingiere carbohidratos en sus alimentos (pan, dulces, harinas, fideos) estos, finalmente son convertidos en glucosa, incrementándose sus valores en la sangre en perjuicio de las células que sin esta molécula que representa su combustible químico, no pueden cumplir eficazmente sus funciones. Esto desencadena un conjunto de síntomas que corresponden a la enfermedad conocida como diabetes.
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